El Cine Uruguayo del 2008

.

El cine uruguayo del 2008 dio muestras de estar reconstruyendo su historia cinematográfica y su memoria audiovisual. A paso firme y seguro, entre el género documental y la ficción, los films del pasado año van desde historias mínimas y simples hasta temas sobre lo ocurrido en los años de dictadura y posteriores en Uruguay.

Buscando vagamente en libros académicos y artículos que hablen de la historia del cine uruguayo y aunque todos mencionan como su inicio el filme de una sola escena de Félix Oliver «Carrera de ciclismo en el Velódromo de Arroyo Seco (1898)», el cine uruguayo cada tanto renacía y los periodistas de turno mencionaban ese nuevo comienzo como el «verdadero nacimiento» del séptimo arte de estas tierras charrúas.

Pero, entre lo novedoso de hacer cine en Uruguay, que era considerado más bien una extravagancia de algunos «loquitos» intentando hacer algo que se parecía al cine y la falta de apoyo tanto nacional como del público nacido y criado bajo la tutela de productos meramente hollywoodenses hacían casi imposible una producción estable de películas nacionales.

La dictadura contribuyó a ese fracaso y recién casi 10 años después del regreso a la democracia, en 1993 y 1994 respectivamente, es que se puede hablar de un resurgimiento real y productivo de nuestro cine con dos películas.

Una, aunque presentada en video, causó gran revuelo en nuestro pequeño paisito, se trataba de «La verdadera historia de Pepita La Pistolera» (1993) de Beatriz Flores Silva, una uruguaya que había estudiado cine en Bélgica y que después reincidiría en esto del cine naciona.

La otra, «El Dirigible» de Pablo Dotta, un film con un presupuesto impensable y exagerado para nuestras producciones de aquellos días (rondaba los U$S 600.000) y que fue promocionada como «la primer película uruguaya», aunque en los espectadores dejó una clara percepción de «inentendible» que quiso englobar todo un compendio de elementos reconociblemente uruguayos pero que tenía complicadas mezclas narrativas. De todas formas es quizá sí, el puntapié inicial para lo que llegó después.

Haciendo un salto para llegar a nuestros días, 14 años después, entre 2007 y 2008, se han filmado y estrenado muchas películas uruguayas y la gran mayoría de una calidad compositiva, visual y narrativa que están, ahora sí, formando una identidad de cine nacional.

Y no solo se está dando esto en cuanto a ficción sino también en el género documental. En el primero, no podemos dejar de mencionar lo que fue en el 2007, «El Baño del Papa» con la experiencia traída desde Brasil por César Charlone (quien fuera Director de Fotografía de «Ciudad de Dios», «El Jardinero Fiel» y «Blindness»).

Pero, lo que nos convoca hoy, a modo de revisión, son los estrenos cinematográficos de cine uruguayo del pasado año, el cual demostró que está en una etapa de reconstrucción de su identidad nacional (tardíamente) y que además reorganiza su memoria audiovisual (también tardíamente).

En nuestro país vecino, Argentina, a poco de haber regresado la democracia con el gobierno de Alfonsín pululaban las películas que versaban sobre la dictadura y post-dictadura (quizás el mayor reflejo de esto sea el film «La Noche de los Lápices»).

En cambio, en Uruguay, debieron pasar 23 años para que podamos ver una película uruguaya que tuviera algo que decir sobre la dictadura y post-dictadura militar. En el género documental, puede entenderse por el hermetismo que rodeó a los primeros gobiernos democráticos con respecto a material fílmico y de otro tipo sobre los años oscuros de la década del 70 y parte de los 80. Aunque esto no haya sido del todo malo, ya que podemos contar hoy con películas de un nivel de madurez y presentación impecables.

Muestra de ello son «DF: Destino Final» que documenta la vida de Héctor «Toba» Gutiérrez Ruiz y que está dirigida nada más ni nada menos que por su hijo, Mateo Rodríguez y que es su ópera prima; «El Círculo» de Aldo Garay y José Pedro Charlo con un documental testimonial sobre la vida de Henry Hengler, un rehén de la dictadura uruguaya que hoy es un médico reconocido por sus investigaciones sobre el mal de Alzheimer; «Hit» de Claudia Abend y Adriana Loeff que cuenta la historia de 5 canciones a lo largo de 50 años de historia que se convirtieron en éxito, entre ellas una canción que fue prohibída en la dictadura militar; y en la segunda mitad del año se estrenó «Decile a Mario que no vuelva» de Mario Handler, un ícono en cuanto a documental se refiere.

En él género documental también se vio una apertura a temas sencillos vistos desde otra óptica como ya se había visto en el pasado.

«Cachila» de Sebastián Bednarik sobre la vida del carnavalero «Cachila» Silva y «Perejiles» de Federico «Biyu» González.

El género de ficción en el 2008 marcó también un acercamiento a los años turbios de la era anterior a la dictadura y posteriores con «Polvo nuestro que estás en los cielos» de Beatriz Flores Silva, ambientada en 1966 intenta llevar al seno de una familia aristocrática un conflicto interno y un conflicto externo entre militares y tupamaros; por otra parte, «Matar a Todos» de Esteban Schroeder narra la vida del científico chileno de la DINA (Policía Secreta de la Dictadura Chilena de Augusto Pinochet) que fuera asesinado en Uruguay en tiempos del gobierno del Dr. Luis Alberto Lacalle. La película está basada en el libro de Pablo Vierci «100% asesinado». Ambas fueron blanco de grandes críticas: la primera, por un guión poco creíble en algunas partes del mismo; la segunda, por errores históricos de lo sucedido, aunque claramente se ha dicho que es un film de ficción, la película se promocionaba como la película del asesinato de Eugenio Berrios (nombre real para un asesinato real).

También en ficción, quizá desde «El Baño del Papa», los cineastas uruguayos se han dado cuenta que no pueden englobar toda la idiosincrasia en una sola película (tal como se intentó en «El Dirigible») y entendieron que esas historias mínimas y a veces anónimas pueden dar lugar a una mejor calidad cinematográfica. Así, en el 2008, surgieron «Joya» de Gabriel Bossio y «Acné» de Federico Veiroj.

En síntesis, el cine uruguayo está teniendo mayor repercusión en el ámbito local que antes no tenía y más apoyo del gobierno a través del ICAU (Instituto del Cine y Audiovisual del Uruguay), sumado otros proyectos de importancia como «Efecto Cine» que llevará las películas uruguayas del 2007 y 2008 gratuitamente para ser vistas en los 19 departamentos del país con equipo móvil de última generación.

2008… buen año para el cine nacional.

¿2009?

Alejandro Peña

Lic. en Ciencias de la Comunicación. Autor de "El lado oculto de la información" en 1997. Periodista y Publicista. Redactor. Diseñador Gráfico y Web.

Un comentario en «El Cine Uruguayo del 2008»

  1. hola soy uruguaya y vivo actualmente en madrid y me encanto la peli el baño del papa la vi con mi pareja que es madrileño y tambien le gusto mucho porque cuenta las penalidades de la gente y sobre odo en el interior y que tiene o mejor dicho procura tenr ideas para poder darle bienestar a los suyos.un abrazo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *