Buitres y el cierre de un extenso y merecido festejo

En 2 noches de noviembre, la del 12 y 13, los Buitres Después de la Una dieron el cierre a la gira que los llevó durante varios meses a recorrer el Uruguay, y que fuera organizada como festejo de los 20 años de la banda. Fotos: Miguel Juncal

Probablemente Gabriel Peluffo, Gustavo Parodi y José Rambao, cuando dieron el puntapié inicial a la banda allá por 1989, no se imaginaron lo trascendente que terminaría siendo la misma para la historia del rock nacional. Hoy con Nicolas Souto en batería y Orlando Fernández en bajo, Buitres, que ha vuelto a ser Después de la Una, merecía festejar los 20 años de la mejor manera, y por eso pensaron en una gira que los llevara por todo el Uruguay. El final fue el esperado y el éxito, el sospechado.

Apenas pasadas las 22:30 del viernes 12 de noviembre arrancó la noche y fue con ‘Solo’, aquella canción de Estómagos del año 86 que la banda acostumbra incluir en sus shows. Es que si bien en un comienzo hubo cierta resistencia de marcar continuidad con la emblemática banda pandense, con el tiempo fue inevitable, ineludible y por demás aconsejable que la dupla Parodi-Peluffo que formara Los Estómagos en el 83 junto al hueso Hernández y luego los Buitres Después de la Una en el 89 junto al Pepe Rambao, decidieran incluir temas de aquella primera época en la etapa actual, de ahí que en el festejo de los 20 años, Los Estómagos en cierta forma estuvieron presentes.

El hoy quinteto arremetió con todo disparando ‘Besos’, ’70 Puñales’ y ‘Mientras’ a la que le mezcló un verso de ‘Torturador’ de Los Estómagos. Canciones que sirvieron para crear el clima adecuado en la fría noche de viernes en el Teatro de Verano.

Algunos pasos atrás de Peluffo y la armónica que por primera vez en la noche salía de su estuche, fueron el preámbulo necesario para introducirnos en el ‘Mincho bar’ y disfrutar de uno de los mejores temas de la banda en su carrera. Luego fue hora de realizar la versión que hicieran de ‘El Instrumento’, una canción original de Washington Benavides & Eduardo Darnauchans, que éste último la hiciera en su tercer disco “Sansueña” del 78. La interpretación que sonó sencillamente demoledora, arrancó con Parodi y su guitarra marcando los tonos para que la gente la cantara a viva voz. Tras la interpretación, Peluffo resaltó la emotividad vivida cuando en el marco de la gira les tocó actuar en Tacuarembó, departamento de donde era oriundo Darnauchans, y comentó sobre la importancia de recordar a “aquellos artistas que han dedicado sus vidas a trillar escenarios por todo el país ya sea para 20, 30, 100 personas o llenando estadios, con el simple fin de mostrar sus canciones”, y dedicó el momento al Darno y al Sabalero José Carbajal.

Una canción herida al viento y un solo corazón ardiendo fue lo que dejó una interpretación impecable de ‘A Cartas Vistas’ que desde su intro hizo vibrar a todo el Teatro de Verano. Y si bien a esta altura el público ya estaba consustanciado con el espectáculo, por si quedara algún despistado que dudara de la vigencia del pogo, se descargaron con ‘Ojos’ dejando sin gargantas a un público por demás entusiasta, mientras Bioy seguramente saludaba desde el cielo.

Algunas bromas que se sucedieron entre Peluffo y Parodi como de costumbre, y luego fue tiempo de arrancar con  ‘La Oportunidad’, tema de su anterior disco de estudio, que quizás fue el disco que dejó menos cantidad de clásicos en la carrera del grupo, y acto seguido fue tiempo para que la armónica volviese a salir de su estuche para arrancar con ‘No te puedo matar’ donde nadie en el Teatro pudo dejar de corear los colores de sus amores en la intro, que dicho ya de paso, en esta oportunidad a diferencia de otras veces, la supremacía pareció estar por el lado de los tricolores, quizás este hecho también se haya dado como parte del efecto J.R..

Luego llegó ‘Condenado el Corazón’, esa maravilla de canción incluida originariamente en “Maraviya”, aquel disco del 94 que en su momento marcó el primer salto de la banda en niveles de popularidad. Seguidamente interpretaron la canción dedicada a Idea Vilariño, a la que le engancharon ‘Frío Oscuro’, uno de los mejores temas que hicieran Los Estómagos allá por el año 87.

Luego todo un hit, ‘Soy del montón’, que sirvió para agitar definitivamente al público y marcar la pequeña pausa acostumbrada en estos shows. Eran las 23:30.

10 minutos más tarde se produjo la vuelta al escenario. Y ese regreso estuvo marcado por la interpretación de 2 temas nuevos que serán parte del disco ‘Bailemos’ de eminente salida, y que fueron bien recibidos y escuchados atentamente por el público asistente. Tras ellos ‘La Plegaria del Cuchillo’ se encargó de volver hacer parar Teatro que vibró con una de las canciones de la banda con mejor letra.

‘Canción de Cuna’ para almas en jauría y deseosas de cantar se apoderó del pogo creado a orillas del escenario y las supo llevar a la cima para luego caer en el remanso de ‘Azul’, una balada oscura y clásica que formara parte de aquel disco debut “Buitres Después de la Una” allá por 1990.

Luego el momento de estadio se apoderó de las voces de los asistentes que al coro de “Olé olé olé Buitres, Buitres”, calentaron las gargantas para seguir cantando con ‘El tercer deseo’, tema al cual le siguió uno infaltable para el fanático de la primera hora del grupo ‘El baile del Caballo/Nunca cantaron mejor’.

El final se acercaba y era hora de los agradecimientos. Allí Gabriel Peluffo agradeció la presencia en el show de cierre de gira de los asistentes y aprovechó para recordar la salida del nuevo disco de la banda y el libro de Leo Barizzoni que recorre en fotos los últimos 15 años de Buitres. También puso mucho énfasis a la hora de agradecer la presencia de la gente en los shows realizados en el interior del país durante el año que duró la gira : “agradecemos a los que nos acompañaron en el interior del país, se vivieron momentos muy emotivos, siempre les decimos que queremos volver aunque no es fácil hacerlo, pero quiero que sepan que nos emociona mucho cuando llegamos a una ciudad o un pueblo y nos dicen gracias por acordarse de nosotros, al final nos demuestra que ha valido la pena en estos 28 años de carrera, sumando el tiempo con Estómagos, el haber salido a recorrer el país”, comentó.

El momento estaba creado para arrancar con ‘Carretera Perdida’ donde Gabriel emprendió su camino, pero en este caso con un fin que fue el borde del escenario, donde fue saludando al público asistente y mostrando su gratitud por el apoyo recibido en estos 20 años.

Luego los celulares se apagaron y las gargantas se encendieron primero para agitar con ‘No voy a morir’ y luego para cantar hasta casi hacerlo con ‘Buitres’, ese himno de la banda que acompaña a los buitreros como emblema del sentimiento que les despierta su grupo de cabecera. Así terminó el show en su aspecto formal, aunque faltaba el tiempo de los bises.

Fueron tan solo unos minutos con el “no se va buitres no se va” de por medio, para que la banda arrancara con el ‘Cadillac Solitario’ a recorrer nuevamente el escenario. El clásico de Loquillo le dio paso a ‘El Deseo’ y fue solo un aperitivo que preparó al público para demolerlo con 2 de los temas más cantados, pogueados y recordados de la banda en toda su trayectoria, ‘Cada vez te quiero más’ y ‘Ojos Rojos’ que marcó la despedida del grupo.

Claro que quienes hemos seguido a la banda en estos 20 años sabemos que con ellos nunca está dicha la última palabra, y así fue que un par de minutos más tarde volvieron a subir. Y si algún despistado pensó que ya lo habían dado todo y no les quedaba ningún hit de reserva, se equivocó. Volvieron con ‘Una noche’, aquella canción que Elvis impuso en 1958, y que Buitres recreara para su debut del año  90, convirtiéndose en una especie de caballito de batalla en toda la carrera de la banda.

Pero el final de alguna forma debía llegar, y llegó como ha sido costumbre con ‘Avril’, la mejor canción hecha por Estómagos en su carrera y que los Buitres han adoptado, renovado y elegido para ser el broche de oro que sus shows merecen.

46 minutos habían pasado de las 24 y más de 20 años de trayectoria en 2 horas y cuarto de un show que dejó llenos de alegría a quienes colmaron el Teatro de Verano y que sirvió no solo para festejar el cierre de la gira de los 20 años de Buitres, sino además para demostrar la vigencia del grupo sobre el escenario y agregar un dato más en la historia que Parodi – Peluffo comenzaron a transitar en 1983 cuando formaron Los Estómagos, y que los tiene hoy, 28 años después, al frente de Buitres y consolidándose como la banda de rock uruguayo más popular de la historia en nuestro país.

FOTOS: Miguel Juncal (Revista El Ícono)

Fernando García

Un comentario en «Buitres y el cierre de un extenso y merecido festejo»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *