El padre del Rock and Roll en Uruguay

Esa leyenda viviente del rock and roll llamada Chuck Berry estuvo finalmente en Uruguay, y su presencia será recordada como un hecho histórico, más allá de las polémicas surgidas por la oportunidad de su última gira. Fotos: Miguel Juncal

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Al repasar la historia de la música vamos a encontrar cientos de nombres sumamente importantes para su desarrollo a lo largo de los años, pero son menos los nombres claves, aquellos que estuvieron en el inicio de la era rock y que marcaron a fuego de una u otra manera que el movimiento se convirtiera en lo que se convirtió, la expresión joven por excelencia. Pero si entramos a hilar fino, vamos a obtener un número de nombres aún menor y el de Chuck Berry en un sitial de privilegio. Es que si el rock and roll tuviera que tener un creador ese sería el norteamericano, y eso lo sabemos todos.

Y esa leyenda viviente del rock and roll, que supo crear un puñado de canciones que cimentaron la base de la era rock a lo largo de las siguientes estuvo presente en el Teatro de Verano el pasado 15 de abril para realizar un show que desde el punto de vista simbólico fue único, y los miles de personas que colmaron el teatro tuvieron el privilegio de decir que vieron en Montevideo al padre del Rock and Roll.

Sin embargo, esta gira que se ha denominado como la última en su carrera por razones lógicas de edad, ha sido por demás cuestionada, particularmente tras IMG_3187su pasaje por la Argentina. Es que si se analiza el show desde un punto de vista crítico, se van a encontrar muchos puntos en contra. Básicamente se cuestiona lo poco profesional del show,  un sonido que no era el mejor, un artista que no entraba siempre en forma a la interpretación de las canciones, se olvidaba de pasajes de la letra y que por momentos perdía la voz, errores técnicos que hacían que se entrara y saliera del escenario en forma muy desprolija y una banda que no parecía ser la más apropiada como para tapar los desperfectos que por razones lógicas de edad pudieran existir por parte de la estrella. A todo esto se le suma el hecho de que el show apenas rondara una hora de duración y que el final fue sumamente desprolijo, viendo como al artista se lo retiraba casi que a la fuerza y sin despedirse.

Claro que más allá de todo esto, hay otra forma de tomar el espectáculo que dio Chuck Berry en Montevideo, y es desde el punto de vista testimonial; pensar que se estuvo frente al creador del rock and roll en una oportunidad que además de ser única será histórica y quedará marcada en nuestra propia historia más allá de las críticas que le puedan haber cabido. La cuestión pasa entonces por saber a lo que nos íbamos a enfrentar quienes asistiéramos al show y no crearnos una expectativa que nos llevara a pensar que íbamos a ver del artista un show como los que daba en los 70’s.

El show en sí recorrió ese puñado de canciones esenciales del artista con la que cimentó su nombre y recorrió el mundo, casi todas en versiones sumamente particulares y adaptadas al momento en el que se encuentra el artista.

Comenzó con ‘Roll over Beethoven’ con el que público se largó a aplaudir de manera efusiva y emotiva. La lista de canciones no dejó afuera éxitos como ‘Rock and roll music’, ‘Let it rock’, ‘No particular place to go’ y ‘Nadine’.

Entre las canciones más llamativas de la noche, estuvo una acotada pero efectiva versión de su clásico ‘My Ding-A-Lin’, que fuera a la postre su único número uno en los Estados Unidos allá por el año 1972 cuando se podría IMG_3261decir sin temor a equivocarse que el artista atravesaba su mejor momento.

Entre los temas que mayor hicieron explotar al Teatro de Verano estuvo la particular versión que hizo de ‘You never can tell’, una de las canciones más populares y reconocidas del artista en nuestro país, que ha quedado grabada en la memoria de todos tras ser parte de esa coreografía clásica que realizara Quentin Tarantino con la dupla de  Uma Thurman y John Travolta para la película “Pulp Fiction” del año 1994. Pero por lejos, la mayor atracción y explosión que se dio en el Teatro de Verano fue cuando el artista concluyó el espectáculo interpretando ‘Johnny B. Goode’, allí las miles de voces acompañaron el estribillo al ritmo de “go, Johnny go”, de lo que es una de las canciones más importantes de la historia de la música.

Tras esa euforia, el artista dijo “one more” y arrancó una instrumental durante la cual el artista se retiró del escenario para dejar de esa concluida su presentación en nuestro país.

Así fue que pasó el padre del rock and roll por Montevideo, y esto como hecho histórico nadie lo podrá negar. Quedarán por ahí las críticas y los cuestionamientos de hasta dónde es una decisión correcta hacer que una persona de 86 años salga de gira por el mundo prácticamente llevado de la mano por su entorno sin el cuidado necesario que una figura de la talla del artista merecería.

Pero cuestionamientos aparte, nadie va a negar que fue una noche histórica, donde los miles de asistentes se sintieron por momentos reconfortados por la presencia del artista y el simbolismo que ésta tenía. Que pudo haber venido antes, es verdad, que pudo haber sido cuidado y rodeado de otra forma también, pero al final así vino y en definitiva el tiempo, el momento y el lugar apenas si pueden ser cuestionables. Lo que nadie podrá cuestionar es que el creador del rock and roll estuvo en Uruguay y los allí presentes fueron testigos de un hecho único, algo que nos quedará grabado y que servirá para contar en nuestro futuro, cuando a la hora de hacer las cuentas de las historias vividas incluyamos el hecho haber visto a Chuck Berry en vivo frente a frente, y cuando alguien nos pregunte por él podremos decir que “vimos al creador del rock and roll tocar en Montevideo”, y ese recuerdo aunque hoy pueda ser cuestionado y que sólo unos miles tendremos, será único e irreversible.

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Fernando García

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